El globo aerostatico
sube,
se va,
casi vuela,
pero la cuerda lo ata
y cojea.
Mongolfier
heredero,
fruto inventado
por el fuego
elevado,
origami infantil,
de hermanos
retozando.
En el tropico,
tambien,
Matias Perez
quiso saber,
y de tanto mirar
y observar,
en su globo
'Villa de Paris',
se fue
para nunca regresar.
A veces el plomo
que pesa,
no se debería
botar,
ha de haber
un equilibrio
entre volar
y quedarse en
el umbral.
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