Llovia, y los niños jugaban a las cuatro esquinas, chivichanas dormitaban junto al conten, y un perro callejero se aguarecia en un portal. El olor a lluvia en el tropico, mezclada con la polucion ambiental y las rosas del jardin de la vecina, tejian las memorias del futuro. No hay nada que evoque tanto esa idea de la infancia como el olor a asfalto mojado diluido en rayos de sol que caen diagonalmente sobre la calle. Anochece en mi memoria, mientras alguien compra un granizado con una peseta, y otro quita la ropa recien lavada, tendida en la azotea. Alguna prima se pinta las uñas de rojo tomate sentada en el quicio, frente a la acera, alguien busca aceite para la lampara, o velas para alumbrar romanticamente las noches, y los niños, que nunca han matado ni a una mosca, pero que todos llaman mataperros, gritan y alborotan al barrio. Es ese el estupor que al fin y al cabo hoy llamaria añoranza. Ese sentimiento imposible de describir o descifrar, pero que tiene mucho que ver con eso que se parece a la felicidad, o al menos a lo que en el atolladero de mi pensamiento huele irremediablemente a melancolica fortuna.
Que bueno este...aunque me gustan casi todos. Lo que es dificil comentar a veces, no sé que decir.
ReplyDeletePero me gustan definitivamente.
y si comentaras con poesía, que crees?
ReplyDeleteDesgraciadamente no tengo ese don. Yo leo pero la escritura no se me da, y menos la poesia, pero intentare comentar nuevamente.
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